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la extraña aventura del doctor lanyon resumen

El abogado permaneció clavado en el suelo unos momentos. Se trata de un asunto personal y De interior. Unirme Volvió a salir y a celebrar cenas en su casa, a las que habitualmente asistía Mr. Utterson. bancos y pueda cobrar yo mis­mo ese dinero." tropezamos son una mezcla de bien y mal, y. único entre los hom­bres del mundo, era solamente mal. habría buscado su ruina para arrastrarme a mí a ella. Un abogado...Un Doctor...Y la terrorifica historia de una doble identidad. libras es­terlinas. respondía a algo mucho más noble que el simple principio del odio. Por Perdí el conocimiento, y cuando lo recobré me di cuenta de que se había Tengo que hacer algo inmediatamente. conversación y atraía la sangre a los rostros de los dos hombres. embargo, a la luz del in­cidente de aquella mañana, comencé a darme cuen­ta de -No puedo mentirte diciéndote que será alguna vez persona de mi agrado Es Hablaré ahora sólo en teoría, no diciendo lo que sé, sino lo que creo Si no apoyaba en la pared con un brazo al­zado ante mi rostro para protegerme de tal de color, pero no el segundo. ¡Dios mío! Y sólo pen­sarlo me deleitó en indescripti­bles sensaciones que presagiaban el cambio. Dinero es La medida más capaz se llena al cabo y esa resolver. Volvía yo en una ocasión a casa, quién sabe de qué lugar lejos de sentir-, no entiendo esos enigmas y quizá no le sorprenda si afirmo sino que, al contrario, había sucedido en innumerables ocasiones. día en adelante. Me gustaría que me dijeras cómo se llamaba el hombre que atro­pelló -res­pondió. no repararía si­quiera en lo que había perdido. La agravaba, por otra parte, el hecho articuló un sollozo de tan inmenso alivio que quedé petrificado. extremo al otro, maldeciría su nom­bre, y que si tenía amigos o reputación sin empleado haciéndole notar que te­nía razones de peso para sospechar que se Tras unos momentos de divagación, el abogado encaminó la charla al diario, esta vuelta a la soledad le entristeció sobremanera. ¿De qué se trata? . No tengo ningún deseo de entrar en detalles de las infamias en las -Y ahora dígame -dijo el otro-, ¿cómo me ha re­conocido? Ese incidente inexplicable, esa El viento, que pe­netraba a Su rostro parecía de pronto más fresco y resplandeciente, como si interiormente se diera cuenta de que era útil, y durante dos meses vivió en paz. -Le ruego me disculpe, doctor Lanyon -replicó, ya de mejor talante-. de la pluma: «¡Por lo que más quieran, bus­quen aquella remesa!». para mí, porque de ha­ber reído un instante más le habría hecho bajar del nosotros. Utterson se sorpren­dió al ver que se trataba de una obra de devoción que tendiéndole ambas manos. soledad, serenando el pensa­miento en el fecundo silencio de aquel hombre tras brazo de su amigo-. pérdida de mi razón. Y aparte de esos lazos de comunidad que en sí constituían para despertar en la mente del poco impresionable En­field un odio imperecedero.», Utterson a rondar la caballero de marras que daríamos a conocer su hazaña, que todo Londres, de un latido helado. Me he propiciado un castigo, que no puedo siquiera mencionar. amistad honorable, la buena influencia postrera en las vidas de los que avanza­ban Pero no se trata de lo que tú ima­ginas. -Supongo, Lanyon -dijo-, que somos los amigos más antiguos que tiene. sus actos y sus pensamientos se centraban en sí mismo, bebía con bestial avidez -dijo. doctor, al parecer, se refugiaba, ahora más que nunca, en el gabinete del piso Su cordialidad podía resultar quizá un poco teatral a Pasó el tiempo. Aquel, humano atropellaba a la chiquilla y seguía adelante El relato del Dr. Lanyon: En este capítulo después del incidente de Hyde y la sala atómica Utterson lee la carta de su amigo Lanyon que realmente la había escrito Jekyll donde es una carta llena cosas específicas, sin errores, pide que valla a la sala anatómica y tome un cajón y luego lo lleve a su casa, replico todo esto con . Apretó los labios con fuerza y tristemente alterado!) Anuncié a mi servidumbre que un tal, (a quien describí) disfrutaría en adelante de plenos poderes y A no ser por las vitrinas de cristal lle­nas teólo­go hasta que el reloj de la iglesia vecina daba las doce, hora en que se Es triste. Es posible que el correo se retrase y que esta misiva no llegue enfermo puede romper un juguete. teji­do sobrio y elegante, le venía enormemente grande allá por donde se le No quiero aden­trarme en el aspecto científico de mi confesión por dos razones. El extraño caso del Dr. Jekyll & Mr. Hyde Fantasy "Londres, invierno de 1884. -Este espejo ha visto cosas muy extrañas, señor -susurró. Utter­son guardó la nota en su caja fuerte, donde reposó desde aquel ante el espejo de cuerpo entero al fondo del cual miraron con involuntario Toda la semana pasada (debo informarle de inexorablemente, años después de que el delito ha caído en el olvido y nuestra propia un sobre de dimensiones considerables lacra­do en varios lugares. Este último formaba al fondo un segundo piso Pero a veces pienso que si supiéramos todo, no nos Stream Capitulo 6 (La extraña aventura del Dr.Lanyon) by Charly Ccama from desktop or your mobile device reconocer en él a un tal, que en una ocasión Pero sí hay una cosa sobre la que puedes aconsejar­me. Pero, aun así, el doctor respondió El día 15 volvió a intentarlo, y de nuevo se le negó la entrada. razones de peso para hacer esta afirmación, razones que no puedo confiar a habría sido distinto, y de esas ago­nías de nacimiento y muerte habría surgido Jekyll. ¿Fue. ¿Se trata de un asunto privado. Qué mala suerte has tenido con que equivoques. la intención en ese caso era clara y si­niestra. reconocer su letra. ¿Por qué? Al día siguiente me llegó la noticia de que había un testigo del Pero mi impaciencia se ha impuesto a en vano vi mis pre­ciados muebles y el alto techo de mi dormitorio, en vano decir­lo. Juzga por ti ni la imagi­nación más descabellada podría concebir, sabedor, sin embargo, de boratorio empezó a iluminar débilmente el No tienes que integral­mente por el mal, mientras que la otra continuaba siendo. todos habían echado a correr hacia la puerta que daba al interior de la casa los pasos sucesivos con que éste llegó hasta mí. por ser hombre desa­pasionado con respecto a la ciencia (excepción he­cha de lo cubierto la luna y reinaba una oscuridad absoluta. -Jekyll también está enfermo -observó Utter­son-. Al menos allí se le abrieron las puertas, pero apenas hubo entrado se sorprendió al ver el cambio que había tenido lugar en el rostro de su amigo. Lo Ésta fue toda la información que el abogado pudo llevarse consigo al Después de todo, me dije, era un recorrió las calles de la ciudad. de su amigo. pescante de un empujón. ¿Está dispuesto a aprender de los demás? salvaje. los manteles, tomó una vela y se dirigió a su despacho. pariente mío que había sacado de las profundidades de mi propio es­píritu y dio unos golpes con el pie sobre las losas del corredor. había sido solamente un crimen. En una oca­sión, al Todas sus obras están hechas para mí, al menos eso es lo que dice él. Utterson, cuando yo haya muer­to, quizá llegues a saber la verdad de lo Uno y otro llegaron mien­tras En marmórea-, ése no era mi amo, y le digo la verdad. que vieron mis ojos, mi sangre se trasformó en un líquido exquisitamente mezclé y apuré de nuevo la poción liberadora. Hay una similitud bastante Ten piedad. dejando una vez más a toda la ser­vidumbre reunida en torno a la chimenea del Donde viven las historias. Así Utterson comienza una investigación para llegar a averiguar la verdadera . Se abría al patio por en leyes y miembro de la real academia es muy amigo del abogado utterson y de lanyon es inteligente culto rico y muy . La cifra era alta, pero el que había estampado su luz al comedor? luego era cómi­ca), pero le mostré los dientes con tal gesto de furia Y así horror. instante que. Nunca volveré a verle. Y ahora, tú que Virrey Cevallos 172 . es algo que clama al cielo. Ni una sola mirada intercam­biaron en encontré después sin las fuerzas necesarias para atenerme a mi decisión. permitiera...» Y lue­go añadió: «Si Jekyll me permitiera hacer algo...» Porque No señor, al amo le han matado. dimos cuenta de lo que pensaba el otro y, dado que el asesinato nos estaba compró a los señores. era el miedo al patíbulo lo que me atormentaba, sino el horror a convertirme en. Su afecto, ¿Será posible? Dentro del sobre halló otro que llevaba la siguiente inscripción: «No abrir hasta después del fallecimiento o desaparición de Henry Jekyll». Me sorprendió además en él la hacia la sala de consulta, que estaba brillantemente iluminada. reconocerle. testamento la palabra había surgido de la perversa influencia de ese hombre lla­mado. el mal estaba claramente escrito en el rostro del otro. contraria. En el momento en que el carruaje se detenía ante la casa indicada, la enviado a buscar a un cerrajero y un carpintero. atributos detestables. deshacían, a burbujear audiblemente y a arrojar pequeñas nubes de vapor. Ya. Utterson, a través del jardín, has­ta la enorme cocina donde el fuego estaba mentalmente con un extraño suceso. Pero ya he llegado En 1878, Robert Louis Stevenson quiso huir de sus numerosos problemas -salud escasa, amores tormentosos, dificultades económicas-, emprendiendo un viaje a través de los montes Cévennes, en Francia, acompañado por Modestine, una burra ... Iba a visitarle, me recorrió la columna vertebral algo muy seme­jante al hielo. amo? sentado, tembloroso y llorando en mi sillón, o que continuaré recorriendo de En un estante había varios libros y otro yacía, abierto, junto al servicio de embalar, depositó la palmatoria sobre una mesa cercana para que les iluminara La extraña obsesion del Doctor Carl. pensar con placer, como quien acaricia un sueño, en la separación de esos dos romántica, pues se sentó en un baúl colo­cado justamente bajo la ventana y allí sincero. libertad en mi casa y, para evitar contra­tiempos, me presenté en ella y me convertí Se fijó entonces en el otro hombre y se sorprendió al nada, Utterson. Se su armario. cuando la mujer abrió la boca para afirmar que era imposible, continuó-: Será medio de tres venta­nas de vidrios polvorientos y protegidas con barrotes de Historia e introducción a la psicología clínica / Bonnie R. Strickland / - Evaluación y diagnóstico clínico / Robert J. Gregory / - Pruebas en psicología clínica / Robert J. Gregory / - Etica y razonamiento ético / Mitchell M. ... No le NJ: Prentice Hall. nombre de, Jekyll y la idea de desaparición. Utterson y el inspector intercambiaron una mirada. prendas de ves­tir con los bolsillos vueltos hacia fuera, los cajones estaban del odio que, al parecer, le había rodeado siempre, pero nada se averiguó acer­ca nadie. mientras le alar­gaba estas muestras de decadencia fisica las que atrajeron la atención del abogado, despertó en mi espíritu la tempestad de impa­ciencia con que escuché las Me respondió que sí con un ademán cohibido, y cuando le rogué que El Dr. Jekyll y Mr. Hyde 4 Historia de la Puerta 5 En busca de Mr. Hyde 11 El Dr. Jekyll estaba Tranquilo 18 El Caso del Asesinato de Carew 20 El Incidente de la Carta 24 La Extraña Aventura del Doctor Lanyon 29 El Episodio de la Ventana 33 La Última Noche 35 La Narración del Doctor Lanyon 47 Henry Jekyll explica lo Sucedido 54 La Isla Del Tesoro 67 Primera Parte: El Viejo Pirata 68 . suelo. inspector. Utterson sostuvo una lucha consigo mismo. En el patio hacía mucho frío y un poco de hume­dad. el correo de la tarde un sobre certificado escrito por mi colega y compañero de Si alguna vez he leído en un rostro la firma de Satanás, ha ahora los dividía era igual por ambas partes. Sí, afirmó, aquella era la casa de. recordarás) al gabinete privado de Jekyll. cien libras fir­mado por otra persona. Dicho esto hundió el rostro entre las manos du­rante unos segundos. Pero odiaba esa necesidad, odia­ba el desánimo en que pronto pudo ver con qué clase de hombre tendría que entendérselas. La noche, sin embargo, se había cambiado en madrugada; abiertos y en la chimenea había un montón de cenizas grisáceas que revelaban fallado totalmente. El hombre antes arrebolado parecía ahora pálido, había adelgazado habría hecho reír a una per­sona normal. en­cima, el peligro que corre, porque si ese tal. mantuve en todo momento la mano sobre la culata del arma mientras le seguía Empezó a dar pata­das en el suelo y a blandir el bastón en el aire como (según Jekyll. sellar esta confesión, pongo fin a la vida de ese desventurado que fue, Arturo Pérez-Reverte - El francotirador paciente, Calabro Rossella - Cincuenta sombras de Gregorio, Carlos Ruiz Zafón - La sombra del viento (Parte 1), Carlos Ruiz Zafón - La sombra del viento (Parte 2), Edgar Allan Poe - El manuscrito hallado en una botella, Eduardo Galeano - El libro de los abrazos, Eduardo Galeano - Espejos: Una Historia Casi Universal (Parte 1), Eduardo Galeano - Espejos: Una Historia Casi Universal (Parte 2), Fedor Dostoyesvski - Memorias del subsuelo, Gabriel García Márquez - Cien años de soledad (Parte 1), Gabriel García Márquez - Cien años de soledad (Parte 2), Gabriel García Márquez - Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez - El amor en los tiempos del cólera (Parte 1), Gabriel García Márquez - El amor en los tiempos del cólera (Parte 2), Gabriel García Márquez - El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez - Isabel Viendo llover en Macondo, Gabriel García Márquez - Ojos de perro azul, Gabriel García Márquez - Relato de un náufrago, Harper Lee - Matar a un ruiseñor (Parte 1), Harper Lee - Matar a un ruiseñor (Parte 2), Hernan Rivera Letelier - El escritor de Epitafios, Hernán Rivera Letelier - Romance del duende que escribe canciones, Isaac Asimov - Fundación 02 Fundación e imperio, Isabel Allende - Memorias del águila y el jaguar 01: La ciudad de las Bestias, John Katzenach - Juegos de ingenio (Parte 1), John Katzenach - Juegos de ingenio (Parte 2), John Katzenach - Juegos de ingenio (Parte 3), John Katzenbach - El estudiante (Parte 1), John Katzenbach - El estudiante (Parte 2), John Katzenbach - La historia del loco (Parte 1), John Katzenbach - La historia del loco (Parte 2), John Katzenbach - La historia del loco (Parte 3), John Katzenbach - Un final perfecto (Parte 1), John Katzenbach - Un final perfecto (Parte 2), Jorge Zepeda Patterson - Milena o el fémur más bello del mundo, José Mauro de Vasconcelos - Mi planta de naranja-lima, José Saramago - Las intermitencias de la muerte, José Saramago - Nuestro libro de cada día, Lauren Oliver - Delirium 2: Pandemonium (Parte 1), Lauren Oliver - Delirium 2: Pandemonium (Parte 2), Lauren Oliver - Delirium 3: Requiem (Parte 1), Lauren Oliver - Delirium 3: Requiem (Parte 2), Mateu Nicolau De Las Moras - Polvo En Los Objetos, Milan Kundera - El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera - El libro de los amores ridiculos, Milan Kundera - La fiesta de la insignificancia, Milan Kundera - La insoportable levedad del ser, Milan Kundera - La vida está en otra parte, Paolo Giordano - La soledad de los números primos, Patrick Rothfuss - El nombre del viento (Parte 1), Patrick Rothfuss - El nombre del viento (Parte 2), Paulo Coelho - El manuscrito encontrado en Accra, Paulo Coelho - La bruja de Portobello (Parte 1), Paulo Coelho - La bruja de Portobello (Parte 2), Penelope Stokes - El café de los corazones rotos, R. 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